Declaración de artista

Dos ejes conceptuales pueden operar como direcciones para pensar mi obra. Por un lado, la exploración de las condiciones y los límites de la fotografía. Las cuestiones de física y química en los materiales sensibles a luz, las citas a la historia de la representación fotográfica, las trampas del aparato monocular y, más recientemente, la migración de las imágenes desde el papel fotográfico a la pantalla, componen una trama sobre la que se desarrolla mi trabajo. Por el otro, la experimentación con cuestiones de representación y traducción entre un medio y otro. La mediación, esa operación siempre imperfecta, es en mi obra un terreno de juego y manipulación.

La aparición de objetos cotidianos no es más que un pretexto y  responde a la necesidad de un hacer con lo disponible: material a mano, fácil de conseguir y listo para ser usado. La casa, el jardín, el vecindario son el escenario donde sucede la obra; las cosas, actores necesarios, cómplices inevitables, condición de posibilidad.