Mi trabajo es casi siempre, en algún nivel, una exploración sobre la fotografía, su historia, sus posibilidades. Mi interés por los outlines y las siluetas tiene dos aristas. Por un lado, estos son sistemas de representación que anuncian el surgimiento de la fotografía, por el otro, aprecio la simpleza de las imágenes, capaces de sugerir en vez de revelar.
El papel fotográfico sin estabilizar es uno de mis materiales favoritos. En un gesto de rebeldía, me gusta atacar esos papeles con luz, para luego evadir el proceso químico, generando un imagen eternamente latente y a la vez, definitivamente negada. Investigo materialidades: los papeles blanco y negro viran al rosado, una vez eludido el cuarto oscuro. Los papeles color propone una amplia gama que va de los celestes a los violetas. Mucho más tarde llegan los tonos marrones. Agrego barnices. La imagen se conforma superficialmente, y se vuelve esquiva: trabajo para el espectador, si quiere ver qué hay allí.
A pensar la fotografía como un corte en el espacio y el tiempo, opongo la idea de una fotografía constante. Me gusta mirar este material que sigue reaccionando (fotográficamente) a la luz, para siempre.