+ 5 – 2010/2012

RANDOM ROSARINO

(…) También en blanco y negro, las fotografías de Andrea Ostera son el resultado de un largo y complejo proceso.(…) Ahora, la luz excesiva del flash quema el motivo principal, lo aplana y vacía de detalles. Es así que emerge de una oscuridad nocturnal, matizada en las zonas inferiores con medios tonos y sombras, únicas señales del entorno espacial en que se desarrolla la escena. Partiendo de un asunto cotidiano, casual, que es, según afirma, consecuencia de su entusiasta trabajo en el jardín, efectuó las tomas con una cámara digital sencilla, acto que en la jerga se denomina snapshot. Luego invirtió el camino corriente «…la información digital es  filmada en una película gráfica para la obtención de un negativo que luego será copiado sobre papel fotográfico según el viejo protocolo del proceso analógico. A continuación sobrevino el trabajo de laboratorio con las técnicas propias del blanco y negro, que le aseguraron calidades especiales en el momento de materializar las obras. De esta manera no se alejó del elemento germinal de la fotografía histórica -el negativo- aunque subvirtiendo los procedimientos tradicionales.

La sobre-exposición es una recurso que Ostera empleó para trabajar con los límites técnicos de su disciplina y, al mismo tiempo, para jugar en los márgenes de la representación de la realidad. Es en estos lindes donde aparecieron los detalles más sutiles. Así, el cuerpo de la «niña» semeja un recorte a tijera practicado sobre el plano de la imagen, en la que sólo el césped emerge de una oscuridad profunda. Es en el corpóreo efecto que provocaron los bucles que coronan la cabeza donde reside el quid de esta obra. Iceberg, en cambio, toma más que nada la sensación de bloque vegetal —un rosal envolviendo una pérgola— que es tan blanco que se «congela». Su configuración es capaz de  evocar la formación que le da título. En otra pieza, una tela de araña se recorta en la atractiva levedad de su dibujo. Apenas asomando por debajo, aparece la planta trepadora que da nombre a la obra: Ampelopsis, más conocida como enamorada del muro. Ambas contrastan rotundamente: linealidad frente a masa, lo geométrico versus lo orgánico, dos pares opuestos de larga trayectoria en la historia de las artes visuales.

Lauría, Adriana.  Random Rosarino (pp.63-64), catálogo de Arte de Santa Fe, Buenos Aires, 2011.