
Hace unos días completamos el ritual de bienvenida. Brindamos por este libro en casa de mis queridos Leti Kabusacki y Sebastián Soler. Fue un evento pequeño y extraordinario, uno de esos rarísimos casos en los que uno siente que todo está bien. Gracias infinitas a los anfitriones, que estuvieron en todos los detalles y hasta lograron que el cielo sea especialmente bello esa noche.
Si querés escuchar lo que leí esa noche, picá aquí.